Scioli, Macri, Massa. Tres candidatos a presidente de la Nación, tres estilos diferentes de liderazgo. Durante la campaña para las PASO, los tres candidatos fueron demostrando sus particularidades como líderes. ¿Han desarrollado una estrategia para las PASO? ¿O esencialmente son lo que hemos visto durante la campaña? Un repaso sobre los tres estilos nos da una pauta de qué esperar de los presidenciables y qué deberían cambiar para la campaña electoral de octubre.
El líder carismático: Scioli. Su pasado de deportista exitoso y famoso colaboró con lo que es hoy. Scioli se ha apoyado en su carisma para llevar a cabo la campaña. Un líder carismático emplea su magnetismo personal para generar que sus seguidores tengan confianza y para influirlos en su decisiones. «Con fe, con esperanza» es el eslogan usado por Scioli y los armadores de su campaña. Concretamente no dice nada, no hay propuestas firmes. Solamente un llamado a seguirlo y confiar en él. La campaña sciolista ha sido carente de ideas o planes a futuro. Scioli llamó a «construir sobre lo construido» en su referencia más concreta sobre su línea de acción futura.
En los días que quedan para las elecciones de octubre, Scioli tendrá que pasar a la acción si quiere confirmar el apoyo que tuvo en agosto. El carisma, manejado bien, es un lugar cómodo donde no se le hacen preguntas al líder, sólo se confía. Pero la campaña hacia octubre confrontará a Scioli con otros candidatos que seguramente lo forzarán a ser más concreto, a definir sus planes de acción y a presentar una idea realista del país que viene.
El líder transformador: Macri. Es quien mejor encarna el liderazgo transformador. Este tipo de líderes son los que se apalancan en grandes cambios en las organizaciones y en la sociedad. Buscan el apoyo de sus seguidores a partir de encender sus motivaciones internas de las posibilidades reales del cambio y cómo el mismo favorecería a todos. En este caso, la visión del líder es fundamental para poder persuadir a los demás. Comenzó su campaña con ideas más agresivas de cambio. El final de las PASO lo encontró con un discurso intermedio donde salió de un cambio radical a un cambio gradual. Así es que ha dicho que, por ejemplo, Aerolíneas Argentinas debe ser estatal, pero «bien administrada», o que «las jubilaciones seguirán en manos de la Anses», aunque aclaró que el organismo «no será una herramienta de política partidaria».
De un líder transformador se espera acciones concretas para entender de qué se trata el cambio y la transformación.
El líder situacional: Massa. Los creadores de esta teoría proponen que el responsable de dirigir un grupo u organización varíe su forma de interactuar y abordar las tareas en función de las condiciones de sus colaboradores. Es un método útil para aquellos líderes que no encuentran respuestas en los modelos que toman como ejemplo a grandes líderes de la historia; personajes irrepetibles a los que quizás admiran, pero con los que no se identifican; bien porque poseían unas condiciones personales muy definidas que ellos nunca van a tener, bien porque afrontaron problemas muy alejados de los que tienen ellos en su realidad.
Massa fue, tal vez, el que más cambios fue realizando a lo largo de la campaña. De querer congraciarse con todo el mundo a partir de spots para el interior del país que sorprendieron por la particular dicción que utilizó hasta llegar al eslogan «El cambio justo», Massa fue analizando el contexto para poder adaptarse a las diferentes situaciones que iban dominando la campaña. Un acierto de esta estrategia fue, hacia el final de campaña, un listado concreto de propuestas que apelan a temas candentes para los ciudadanos hoy: seguridad y narcotráfico. En la campaña que resta hacia octubre Massa debería poder centralizar sus propuestas evitando cambios repentinos que lo harán chocar con el escepticismo del electorado sobre sus verdaderas intenciones.
¿Cuál es el mejor estilo de liderazgo para ganar las elecciones? Ninguno en particular y todos al mismo tiempo. Los líderes más completos poseen carisma, pero también una clara visión de los cambios y transformaciones que la sociedad quiere escuchar. Finalmente, un buen líder se adapta al contexto para lograr ubicarse en las complejidades del momento. Los tres candidatos tienen tareas pendientes para poder consolidar un estilo de liderazgo convincente y creíble.
El autor es profesor en la Escuela de Negocios de la Universidad Di Tella
Fuente: La Nación